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SIN MAMA

SIN MAMA

Un quejido de la puerta me puso en alerta. Me asusté de la imagen de mi mismo frente a la entrada del salón, pensé que venía a por mí. Cogí la espada de Jedi al salir de mi cuarto, por si tenía que defenderme. No hallé lo que buscaba, la caja de galletas de chocolate, ¿se las habría comido algún ser misterioso? Seguro que andaba escondido, por eso debo ser muy cuidadoso aunque este silencio espectral me penetre hasta los huesos. Volví sobre mis pasos y encontré la luz de mi habitación apagada, confirmado, ¿pero que es? ¿Dónde está? Se me pararon las piernas, una sombra venía hacia mí, ¡el Lord de la oscuridad!

-Otra vez hijo. Te he dicho que vamos a cenar muy pronto, déjate de buscar galletas.

Lo dicho, es el monstruo de la noche que viene a por mi, no me deja. Me persigue, y tiene poderes paranormales que le ayudan a encontrarme siempre.

PALOMITAS

PALOMITAS

¡Vamos a comer palomitas! Mi mama me lo ha prometido. A mi me encanta cuando me junto con algún amigo, mis hermanos o mis primos y quedamos para ir a  comprar las chuches. Después entramos en una habitación muy grande donde nos sentamos a comer. Lo único malo es que se apaga la luz y no se ve muy bien si son palomitas o gominolas lo que cojo para comer. Es un deporte muy divertido hay gente detrás, delante, a los lados y aunque estemos a oscuras, sabes que no estas solo pues se oye el masticar de los demás, las pompas con los chicles (yo aún no se hacerlas, pienso aprender muy pronto para no quedarme atrás), el sonido de algún móvil de vez en cuando, y el senso-rojo o algo así.

Mi mama me ha dicho que a cual quiero ir, pero eso no importa porque si quiero ver una película la alquilamos en el video club y ya está.

Yo quiero ir a  comer palomitas donde lo hace todo el mundo AL CINE, ¿o no es así? La película ya la veré en otro momento.

HALLOWEEN

HALLOWEEN

Tengo una calabaza mirándome con ojos luminosos. Me he vestido de fantasma y vamos a salir a pedir caramelos a los vecinos. Espero que la señora de abajo me dé algo pues todos los días que la encuentro por la escalera me dice que se acuerda mucho de mí, sobre todo los fines de semana y a la hora de la siesta.

Mi mama me ha dicho que no asuste mucho y pienso hacerle caso, solamente daré miedo hasta que me hagan caso. También me ha dicho que cuando ella era pequeña no había halloween que esto es un invento moderno que viene del extranjero, pues cuando sea mayor me iré a ese sitio para estar todo el día de fiesta, comiendo chuches y corriendo detrás de los mayores.

Solo tengo un problema, espero que cuando me vaya a dormir la calabaza cierre los ojos porque entre tanto esqueleto, monstruo y seres raros, parece que viene a darme un poco de miedo.

-¡Mama! ¡Mama!

Esas cosas que pasan

Esas cosas que pasan

¡Uff, por fin se acabaron las fiestas! Necesito tres días por lo menos para reponerme y descansar de tanta Fiesta -mi mama me dijo totalmente convencida. Y eso que no me ha llevado a ver las marionetas del parque grande, al circo, ni a comprar el helicóptero que vimos en la feria de muestras y unas cuantas cosas más que me han contado mis compañeros del cole.
A lo mejor necesitamos cuatro horas o una semana o que duren mas tiempo para poder ver todo, todo. Yo quiero hablar y jugar a los insectos en el recreo( como aquellos que había en parque Delicias), tocar instrumentos imposibles ( como los que enseña a
construir y tocar un tal Chavieras) y mucho... ¡Ademas! los fuegos los hacen por la noche y a mi me mandan a la cama y no puedo verlos ¿es que a nadie se le ha ocurrido?, a los niños tambien nos gustan. ¿Por qué no hacen fuegos de artificio cuando estamos despiertos? En definitiva, no sé estos mayores como discurren. Los primeros días tenemos que ir al cole mientras los cabezudos encorren a los abuelos, como mi yayo que dice que está ¨jubilado perdido¨ y tiene tiempo para hacer muchas cosas que antes no podía. Bueno me conformare con las dos ferias que visité, los espectaculos, el globo, el pantalón blanco pintado de colores, la virgen... la foto en el paseo, el algodón dulce... zzz... zzz...la...

Miélago

Miélago

La bruja Miélago prefirió serlo desde muy pequeñita, pues siendo una niña ya era más pequeña que los demás. Las personas pasaban a su lado y le pisaban o empujaban y ella se enfadaba muchísimo, gritaba y gesticulaba. Sus gritos dañaron la garganta y le provocó un timbre característico que es el que tienen las brujas. De tanto moverse no creció hacia arriba. Pudo haber sido el octavo enanito y ¡además chica! Le ofrecieron ir al colegio con los elfos o estudiar para amiga de Peter Pan, pero nada de nada.

Se relacionaba con ratas, sapos y algún que otro ciego a la verdadera belleza y todo esto hizo que vistiera engañada, como el emperador, que tuviera el genio de una madrastra y que se creyera el centro del universo perdida en el bosque que era lo único que conocía.

 

Mi mamá me dijo que era una bruja mala y me ha contado muchas historias de ella. Una cosa he aprendido, que no voy a dar muchos gritos ni pienso juntarme con sapos, ratas o animales raros no vaya a ser que se me pegue algo y si alguna vez la veo,  le pienso regalar una sonrisa por si la encuentra. 

 

 

Ayer fui al zoo

Ayer fui al zoo

Ayer fui al zoo con toda la familia,
terminé solo con la mona Chita
comiendo plátanos y cacahuetes
entre aplausos de los visitantes.

Mi mama gritó como un búho
asustada según me ha dicho,
al verme con un animal peludo
y llorando (de risa con el bicho)

Menudo día he pasado de charlas
animadas por el gruñir de los felinos
que son como peluches con baba
encerrados entre rejas, ¡pobrecitos!

Vi nadar, saltar, comer a orcas y delfines
en una pecera gigante con juguetes.
Hasta pude tocar uno al darle un pez,
¡es capaz de pasar por un aro mientras ríe!

Ya lo he dicho. Quiero una tortuga
para tenerla en casa que no corre.
Prometo cuidarla y darle de comer
aunque mi madre no esté segura.

CABEZUDOS Y CABEZONES

CABEZUDOS Y CABEZONES

El profe de música me ha dado la partitura de los cabezudos, ya me se las canciones desde hace mucho tiempo aunque ahora debo aprender la del ¨Morico¨ con todas las notas para poder tocarla con la flauta. Mi mama me ha dicho que los cabezudos salen este año desde el club de alumnos. Una de dos o tiran el techo del club o los gigantes al despertarse la mañana de la salida seguro que se pegan un cosco en él, son tan cabezones como los otros y a lo grande, yo miro para arriba y no veo su fin a no ser que este un poco lejos.

Por un lado estoy como asustado, aun me acuerdo del tortazo que me dio un cabezudo al intentar bajarle los pantalones. Digo yo, si son muñecos grandes ¿porqué no puedo cambiarles de ropa como a mis guerreros? ¿Porqué no puedo dejarlos en calzoncillos a colores?

Por otro lado estoy contento pues pronto van a llegar las fiestas. Me compraré un globo de Pikachu, me llevaran al circo, a las ferias y me disfrazarán de baturro el día del Pilar.

De todas formas acabo de construirme una nave espacial, recubierta de trozos de estrellas brillantes, los asientos del piloto son negros de una tela muy suave y como algún cabezudo venga a por mi, me monto en ella y escapo a volar.

Mi mama me ha dicho que si que voy a volar pero castigado a mi habitación, que de baturro me viste la abuela pues ella no puede convertir una nave espacial en el traje que pensaba hacerme, ¡ah! a lo mejor ni encuentra lentejuelas a estas alturas para el chaleco. Yo le he dicho que me da igual si me pega judías y garbanzos, vamos hasta con granitos de arroz me conformo.

LAS FILAS

LAS FILAS

Empieza el cole ¡que chachi! Andrés, Jorge, Alejandro, Elkie…nos volvemos a encontrar. Mi mama dice que le gusta mi alegría por el comienzo de las clases, un poco de razón tiene pero lo mejor no es eso, sino coincidir otro año con mis amigos.

 

Volvemos otra vez a las filas del patio, a las filas de la papelería y sobre todo a las filas de la librería. Parece como si todo el mundo se vuelve de repente muy culto y se pelea por coger número para comprar libros y libros. Hacemos filas de dos, tres pisos. Filas con bocadillos y gritos. Filas con un nuevo número ya que el anterior se lo comió mi hermano con su bocata.

Tras el desfile de libros acudimos al forrado tardío con plásticos Me gusta cuando salen arrugas, se forman como pequeñas olas que puedes pinchar con el boli, aunque mi madre se desespere y termine quemándose al marcar la ropa.

 

Me olvido del mar lleno de olas como las que me mojaron en el pabellón del agua extrema después de la fila-past y me he dado cuenta que últimamente soy muy aficionado a eso de las filas. Como las que he tenido que hacer en la expo donde otros señores iban a divertirse esperando una, dos o tres horas. Muchas veces pienso que no entiendo a los mayores pero una cosa si que he entendido que una fila es una fila: Sea una fila para arriba, hacia abajo o simplemente una fila para hacer fila.

¡Comprobado donde hay fila acude la gente a hacer mas fila!

Moha si se moja

Moha si se moja

Una vez en una película de indios hacían algo parecido y es una pasada eso de cantar y moverse al aire libre gritándole a la nube. Me enseñó como se suben dunas y montañas, como pedir a la lluvia que intente venir de visita y a espantar los sirocos locos llenos de arenas voladoras. Me presentó a sus amigas las estrellas, que le iluminan en la noche, cantándoles canciones que interpretaba (bruuumuu-buruuuruu..) que sonaban raras y me subían cosquillas por la lengua al corearlas juntos.

Le gustaba tumbarse a la bartola sobre una jarapa.  Mi mama me dijo que así se llamaba su alfombra, y que no era como la de Aladino por mucho que intentáramos volar con ella. Pero nosotros fuimos unas cuantas veces de visita en viajes fantásticos a su casa súper chula. Era una enorme tienda de campaña apodada ¨la jaima¨, llena de cojines y alfombras sin ningún mueble con el que pudiéramos tropezar.

 

Vive en el mundo al revés:

-Se limpia los dientes con unos palitos que chupa y en vez de blanquearlos, los oscurece.

-Cuando hace mucho sol, se tapa con telas en vez de ponerse el traje de baño.

 

Mohamed se ha ido. Ha pasado las vacaciones siendo mi hermano que vino del desierto. Al principio hablábamos diferente, poco a poco nos fuimos entendiendo y me explico como es su tierra. Es una gran playa, llenísima de arena pero sin agua,  con calor por el día, sin refrescos, zumos o un grifo para abrir; con fresquito por la noche.

Alucinaba con los helados de sabores y remojaba su tripa cada día en el agua de la mar salada:

 

-¡Que esa no se bebe! No seas burro -tuve que decirle en la primera remojada.

 

Tiene cuatro cabras y las pasea por el desierto buscando unas migajas de verde. Se hace de noche y vuelve hacia la jaima con su cantar berebere y conversando a través de las estrellas:

 

-Buenas noches hermano.

-Buenas noches Moha. Te esperamos en verano.

La selva

La selva

La   malvada   gorila    capturó   a   Chita      –comentó el hipopótamo valiente mientras un banco de pirañas saltaba, feroces ellas, abriendo sus fauces. Los cocodrilos observaban atentos la escena, afilando sus colmillos calientes y los sapos sentados aplaudían con gracia la obra.

 

¡Corten! Repetimos la  escena  mas  tarde.    -Se oyó la voz de mama.

 

Jo mami, pero estamos en lo mejor –dije intentando proseguir con el juego.

 

Es la hora de comer.  Cada uno a  su  casa    –rió hiena y entre tanto esparcía gominolas de colores y petazetas explosivos por las calmas aguas y la misteriosa selva.

 

 

 

 

 

 

 

Mi madre tiene una moto

Mi madre tiene una moto

Mi madre tiene una moto 

Mi mama se ha comprado una moto

Es chula y me monto en ella

Yo pregunto ¿Corre a cuanto?

Cincuenta kilómetros en una hora.

 

Juraría que pasamos

dos calles de las grandes

en menos de tres minutos

y ¡no estoy mochales!

 

Con casco de astronauta sobre la moto

el tiempo pasa al revés que en la luna.

Un paso dura lo que dura

y en carretera se me evapora.

 

Me han visto los amigos subido en ella,

o eso creo. Cuando volaba por el parque

mi mama ha hecho ¨Broom¨, ¨Broom¨ y

todos han mirado al extraterrestre:

 

¡Que no! Que era yo ocultado

tras los cristales del casco negro.

Que os saludaba con la mano,

juro que no eran seis ni dos cabezas.

 

Nada no hay manera de que me crean.

Vale, pues  yo monto en una moto y

ha venido un ser de otro planeta

que ahora  por el barrio se pasea.

 

 

 

Junto al mar

Junto al mar

Un pulpo enojado ha venido a visitarme en mi baño matutino. Me ha agarrado con cuatro patas, con la quinta escribía en tinta china, con las otras alborotaba y no paraba:

-No hay manera de pintar morenas, maquillar chirlas, dibujar peces o llevar una vida tranquila con tanto visitante y mareas rotas.

Hemos hecho un trato, de la boya a mar abierto es terreno marinero. De la boya hasta la orilla para los bañistas y especies raras. Ahora respetamos turnos de trabajo y ocio. Si durante un rato queremos jugar un poco, vamos a terrreno neutro junto a la isleta donde intercambiamos experiencias, asustamos a los cocos y a los enojos.

Ayer me operaron

Ayer me operaron

                     Ayer me operaron. Todos se taparon la cara como el malo de la guerra de las galaxias, me clavaron un pincho muy gordo y me quede dormido.  

El medico me despertó dándome  tortazos y eso que me porte bien y no quise despertarme mientras me curaban.

Dicen que el bulto que tenía en la ingle era una hernia que me podía estrangular (definitivamente los médicos están tontos).

 

Hay dos cosas que me pasaron, una buena y otra súper malísima.

La mala es el pincho que me pusieron a traición. Yo gritaba que me iba a portar bien, pero vinieron dos que parecían policías vestidos de verde que me agarraron mientras me decían –que no pasa nada, es un pinchacito. Yo veía a la enfermera (que se parecía a la sita directora del cole) y me daba mucho miedo. Estoy seguro que me miraba como a esos toros de los San Fermines, dispuesta a vengarse por algo que yo no había hecho. 

 

Lo bueno es la clase que hay en el hospital. Tiene ordenador, pinturas de dedo, regalos y una señorita (esta con bata blanca) que te enseña muchas cosas. Además llamó a unos payasos-médicos que eran muy graciosos.

 

Mi mama me dice que es muy curioso lo que pasa con los gemelos. El mes pasado tuvieron que operar a mi hermano de no se qué del testículo del lado derecho. O sea que tenía un bulto en el mismo lado que yo. Ahora ambos llevamos  idéntica cicatriz.

 ¡Los listillos lo tienen claro!

 

 

 

Cuando la vi

Cuando la vi



No pienso hablarlo en voz alta nunca, y es que me ¡gusta una chica! Por supuesto no se lo puedo decir a mis amigos porque se burlarían. Vino con su papa a los campamentos de verano, pelo amarillo y vestido de esos finolis -¡puaff! pensé, una repipi. Pero, nada mas irse el papa, se quitó el disfraz-vestido y ¿qué creéis que llevaba debajo? Pues una camiseta de tirantes y unos pantalones de fútbol. Se acercó a nosotros y regateándole el balón a mi hermano se hizo un largo de campo y me metió gol. Al principio me dio mucha rabia que una niña, sin pedir permiso, fuera capaz de tocar mi balón y encima golearme. Entonces se presento –hola soy Susana. Juego en el equipo infantil de la liga femenina. ¿Que te parece si formamos aquí uno? Podremos competir con los otros campamentos.
Entonces me di cuenta que su pelo eran rayos de sol, su voz como música de Bisbal y sus piernas perfectas para machacar la bola…

De los olores y colores

De los olores y colores

Todas las tardes procuro acercarme al taller de los coches con mis amigos, por el camino vamos oliendo las reparaciones y los dibujos con pintura recien empapadita para poder incrustar el dedo cuando el arregla-autos ande despistado. LLenamos los bolsillos de arena, chinas y cualquier cosa que nos parezca importante para ayudar al señor Gonzalo en la creatividad y buen resultado del trabajo bien hecho, aunque a veces el refunfuñe y entoces nosotros entramos a escondidas. Me gusta respirar con olor a coche de color de menta, de frutas o blanco como el de mi padre. Recogemos los cartones de las esquinas y los reconvertimos para nuestro juego favorito: las carreras locas de los choques.                                                                         Mi mama me dice que estamos locos como los coches de nuestro juego pues nos damos muchos tortazos y se nos pone la piel roja como a los cangrejos. Lo que ella no sabe es que el coche mas rojo siempre es el que gana.

Ayer fui al médico

Ayer fui al médico

 

 

Ayer fui al médico

El curso pasado me hicieron la revisión de todos los años y el médico dijo que tenía la espalda torcida. Yo por más que me miro en los espejos me veo con los pies abajo y la cabeza arriba, no se me cae ni nada de eso. Creo que el médico necesita gafas y no se ha dado cuenta.

 El caso es que ayer llamaron a mi mama y tuvimos que ir deprisa y corriendo al gimnasio de los médicos. Me perdí la película de los pokemon y ahora tengo que estar todo el mes haciendo unos ejercicios que me mandan: respira, no respires. Coge aire y haz fuerza como si fueras a echarte un pedo, pero no lo hagas. A Wu, un chino que hace los mismos ejercicios que yo, se le escapan todos los pedos. – Sube los hombros, bájalos… Así todo el rato.

Me han dicho que tengo que nadar mucho para hacer músculo pues todo lo que como no saben donde lo meto. Yo como por la boca y va a la tripa como hace todo el mundo, no sé donde puede estar el problema. El socorrista dice que soy una máquina de nadar. Esto esta bien, seguro que empiezo a nadar por el Ebro y termino en la playa, así cogeremos las vacaciones que, según mi mama, nos ha fastidiado la gimnasia de los pedos.

 Sellado

Expocursión

Expocursión

Ayer por fin fuimos a la expo. Mi mama hizo unos bocadillos de tortilla de patata para comer y yo me enfadé mucho pues quería comer en el restaurante que había encima del acuario  y no me dejaron. Quería bañarme con los peces buenos. Prometí mil veces que a los tiburones no me acercaba, pues una vez vi. en una película como se dedicaban a comer personas. Además en estas piscinas en las que están, les dan de comer muchas veces y estoy seguro de que no se comerían a ningún niño, de todas formas si se metían conmigo, yo les haría una llave de judo que me enseñó mi profesor, sólo con el nombre ya da miedo ¡oso-togary!

Me hicieron dar muchas vueltas de aquí para allí, luego de repente, quietos en una fila con mucho calor. No entiendo a los mayores, pues mi madre decía: Anda remojaos en esa fuente. Pasad por al lado del aspersor… Y nos chipiabamos enteros, hasta la ropa como el domingo pasado. Sin embargo el domingo me llevé una bronca impresionante por haber mojado el traje en la boda de mi prima.

 

Cuando yo naci

Cuando yo naci

Cuando yo nací mi mama se puso muy contenta porque por fin pudo ver mi cara. Hasta entonces sólo había visto mi mano saludando desde su tripita el día que le hicieron una ecografía. Mi mama dice que las cosas a veces son complicadas, pero que también dan alegrías. Me cuenta la historia desde el principio, cuando yo no era consciente de donde estaba, pues siendo más pequeño que una mota, abrieron la tripita de mama para buscar ...