La selva
La malvada gorila capturó a Chita –comentó el hipopótamo valiente mientras un banco de pirañas saltaba, feroces ellas, abriendo sus fauces. Los cocodrilos observaban atentos la escena, afilando sus colmillos calientes y los sapos sentados aplaudían con gracia la obra.
¡Corten! Repetimos la escena mas tarde. -Se oyó la voz de mama.
Jo mami, pero estamos en lo mejor –dije intentando proseguir con el juego.
Es la hora de comer. Cada uno a su casa –rió hiena y entre tanto esparcía gominolas de colores y petazetas explosivos por las calmas aguas y la misteriosa selva.
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