¿Semana?
-Os habéis portado muy mal -dice con voz muy fuerte mama, como si no la oyéramos-. Vais a estar una semana sin ver la televisión. A continuación cierra de un golpe la puerta de la cocina y se pone a preparar la cena. Voy corriendo a preguntarle una duda:
-Vale mami pero me puedes decir que es “una semana”.
Mama no me habla. Se ha quedado muda. Sigue pelando patatas como si no existiera. Insisto en mi pregunta, pues no me quiero perder los capítulos de Bod. Pero cuando voy a abrir la boca una vez más la mirada enigmática, un poco así como enfurecida de mama me detiene en seco.
Ha sido mama la que se ha empeñado que fuéramos con ella al supermercado. Allí hemos visto un montón de pequeños Calamardos -¿Cuál será el de la tele? ¿Habrá caído en las redes de algún despiadado pescador? Los hemos ido dejando uno a uno encima de la cesta, que estaba medio llena con calcetines, calzoncillos, lejía y no sé que más. Entonces ha llegado un señor con bigote, gafas y muy malas pulgas. Nos ha cogido y llevado por las orejas a una habitación –Este es el cuarto de las ratas, donde se dejan a los niños que no saben comportarse en el supermercado. Aquí esperan a un adulto responsable para que se los lleven. A continuación se ha parado la música de fondo y hemos oído: “Se ruega a la madre de dos niños que se encontraban en la sección de pescados que pase por dirección a recogerlos”.
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