A-jugando
Me subo y cabalgamos por encima de la tabla, dos pasos para delante y uno para el lado. Mi hermano viene acompañado de su lancero caminando de costado, a veces a grandes zancadas. Veo la torre y me escondo. Entonces, de repente, acude la reina moviéndose como una loca, pero ella no puede saltar por mucho de que lo intente. ¡Hay que proteger al rey!, decidido me enroco.
-¡Tiempo! que los peones se han puesto a bailar y no les tocaba -grito del susto.
-Eres tú con tus piernas, que no paras -dice mi hermano.
-Yo no hago nada. Tu, que te rascas la rodilla y mueves el tablero porque te estoy ganando.
Y una lluvia de guerreros toma la habitación. Continuamos el juego subiendo montañas de libros, haciendo crucigramas en dos colores y volando las damas por los cielos.
-¡Que está pasando por allí! -oigo la voz de mama desde la cocina.
Corriendo volvemos a colocar el tablero de ajedrez. Lo prometido es deuda. Mi mama me ha dicho que cuando terminemos la partida nos dará un chocolate con churros.
-Hermano, con esta espada yo te nombro caballero de la mesa cuadrada del cacao caliente.
-Yo te nombro caballero de la mesa redonda del batido espeso -dice mi contrincante.
¡Vayamos a nuestros confines a terminar la batalla de los dos reinos!
2 comentarios
Jose -
Mapi -
Te leemos