RELOJ (3) CU-CÚ
Cuando era pequeño, a veces me quedaba a dormir en casa de mi tía y lo sigo haciendo. Mi tía tiene un reloj cu-cú que te avisa de que hora es y de que media hora ha pasado ya, es muy formal.
Al llegar a las en punto me planto delante de él para verle abrir y cerrar las puertas de su habitación. Sale un pájaro que me saca la lengua cuando nadie lo ve y empieza a piar.
El otro día, mientras la tia bajo a comprar el pan, salió de su nido a menos diez y empezó a cantar.
Yo le dije -¡Eh pájaro, que te has equivocado!
- No es verdad, cu-cú. Tu tía no se entera. Voy retrasado cu-cú Tengo que esperar a la hora que ella ha puesto aunque esté mal. Mi mujer se ha enfadado pues siempre llego tarde a comer, cu-cú. Ya no sé que hacer.
- ¿Cómo te puedo ayudar?
- Si fueras tan amable de adelantar las agujas un poco. Son mayores y les cuesta caminar. Por mas que lo intentan no pueden echarse a correr.
- Creo que podemos llegar a un trato -se me ocurrió- Tu cuentas la hora en silencio por la noche y yo les doy un empujoncito a las manecillas del reloj.
Dicho y hecho. Desde ese día si voy a casa de la tía y me quedo a dormir no dice ni “mu”. A veces, cuando nadie nos ve, me invita a tomar un té y por fin he conocido a su mujer.
1 comentario
Luiw -
Yo de vacaciones tomando un te.
Un saludo